martes, 1 de mayo de 2007

A mi abuela


Las cenizas de mi abuela ya descansan donde ella quería; un monte de Huesca, en la ladera de una colina, mirando hacia la ventana desde la cual ella se asomó en los largos ratos vacíos de su enfermedad, esperando...Y disfrutando de cada momento, poniéndole alegría a cada trabajo, aceptando con una sonrisa cada reto. El domingo, sus cenizas se quedaron allí, en ese monte, rodeada de flores; sé que ella estaba allí, viéndolo todo. Sé que la brisa que acariciaba nuestros labios eran sus manos, que ese rayo de sol que lo iluminó todo de repente era su sonrisa, y su forma de decirnos que está allí, con nosotros, que nos quiere y nos espera...
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*Dibujo extraído de la web i5.photobucket.com

1 comentario:

:chemalera: dijo...

¡Qué bellos pensamientos! Seguro que han sido inspirados por ella, que también hacía de su vida, poesía.
Yo creo que "ella" ya no está allí, pero es bonito pensar que su deseo se ha cumplido, que ahora su recuerdo ya forma parte de nuestras propias vidas. Igual que las cenizas se funden con la tierra donde nació, y alimentan las raíces de los árboles entre los que jugó de niña, así su memoria nutre nuestras propias vivencias y pensamientos cada día.
Un beso.